Hay padres que pretenden ser los entrenadores de sus hijos/as, esto no siempre es bueno. Llega una altura de la carrera del jugador/a que es necesario "cambiar de aire", ver una cara nueva, distinta.
Además, hay padres que exigen más de los debido a sus pupilos y el jugador sale a la cancha con mucha presión que es causada, primero por el padre/entrenador y luego por él/ella mismo/a.
Más que nada esta situación se da en la rama femenina. Un caso es el de la bella jugadora rusa María Sharapova que era entrenada, hasta hace un tiempo solamente por su padre, Yury Sharapov, quien además tuvo una situación poco feliz a principios del año pasado. Ahora su coach es Michael Joyce (aunque Yuri sigue influyendo en su preparación).
Desde un principio siempre presionó a Sharapova para que fuera la mejor tenista del mundo, ella a su vez, era muy dependiente de él dentro de la cancha.
¿Hasta qué punto ayuda esta situación a la carrera de un tenista?, ¿se pueden confundir los roles?. Son inquietudes que, a lo mejor, no tienen respuestas.
Por otro lado también se ve, en el caso de la tenista rusa la enorme influencia que Sharapov tiene en su desempeño dentro de la cancha.
No debería haber influencia familar de ningún tipo en la carrera de un deportista, no importa el deporte que desarrolle y si es profesional o no.Para eso están los entrenadores.
Hay que pensar en el bien del deportista y no en la plata ni en los beneficios personales de quien lo/la acompaña. No querer tirar más de lo que puede dar la cuerda, porque tarde o temprano se rompe.
Hugo Franco
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